jueves, 4 de abril de 2013

Arqueología de la Arquitectura. Balance del curso de Formarq


Metodologías, fuentes y técnicas de intervención en el patrimonio arquitectónico, criterios de rehabilitación, equipos e interdisciplinaridad, campos de actuación…, fueron algunos de los aspectos que de forma recurrente surgieron durante las sesiones del Curso de Arqueología de la Arquitectura Medieval y Moderna. Estratigrafía muraria impartido en las últimas semanas del mes de marzo en el Centro de Formación de Patrimonio Cultural y Arqueología Formarq.
El grupo de alumnos por su formación y experiencia elevó tanto el nivel de las clases como la profundidad de los debates. Arqueólogos y arquitectos casi a partes iguales han compuesto el alumnado. Ente los arquitectos algunos con unos cuantos años de experiencia profesional, otros en periodo de formación cursando el máster de patrimonio. Entre los arqueólogos la mayoría con una honda experiencia, pero, como a todos nos pasa en uno u otro campo, con carencias formativas, al no existir unos principios académicos que contemplen la globalidad del estudio de la Cultura Material en todas sus épocas y en todas sus materializaciones o representaciones.
Tras la etapa formativa de la disciplina en las décadas de 1990 y 2000, cuando una buena parte de la investigación se dirigió a aspectos metodológicos e incluso a interiorizar una cierta obsesión por demostrar la validez de la aproximación arqueológica a “lo construido”, algunos autores han dado una voz de alarma respecto a un posible agotamiento de la disciplina. Nada más lejos en nuestra opinión.
En este curso se ha podido percibir que la Arqueología de la Arquitectura es considerada, por los distintos agentes que concurren en el estudio y conservación del patrimonio arquitectónico, como una herramienta imprescindible para alcanzar el máximo conocimiento de la historia arquitectónica y constructiva de un edificio o de un conjunto de ellos.
La aplicación en la rehabilitación arquitectónica es sin duda el campo de actuación más habitual. El método estratigráfico y, en suma, la aplicación del conjunto de las fuentes de la arqueología de la arquitectura permite trascender la aspiración por reconstruir la evolución arquitectónica, aportando, además, criterios de rehabilitación, uso de materiales en la obra, puesta en valor de los edificios y sus elementos y aportar fundamentos para rediseñar la espacialidad y los usos de los espacios del edificio en proceso de rehabilitación.
Sin embargo, la disciplina está inmersa cada vez más en otro campo de actuación, el de la ordenación y planificación del territorio. El análisis tanto de elementos singulares, como de conjuntos urbanos y rurales está permitiendo avanzar en estrategias de prevención y de redacción de normativas de protección e intervención.
Pero no debemos olvidar que la arqueología de la arquitectura es una disciplina histórica, por lo que el fin último es el de generar conocimiento histórico. Aquí es donde se ha de hallar el futuro más esperanzador de la investigación. Junto a la puesta en práctica en proyectos de rehabilitación o de planificación, lo edificado, siendo una parte de la “cultura material”, es fuente de estudio de la sociedad que lo crea. Mucho queda por “construir” en ese conocimiento histórico, desde la delimitación de cronotipologías de edificios, estructuras y elementos arquitectónicos, pasando por el análisis de los materiales y técnicas constructivas históricas, hasta cuestiones que nos permitan aproximarnos a las formas de vida, la organización social, familiar y del trabajo e incluso la ideología y la política de las distintas sociedades.
Anunciamos una nueva edición del curso entre los meses de junio y julio de este 2013. Concretaremos las fechas próximamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario