A la
vista de la noticia aportada por Guillermo Blanc leída en:
http://www.historiayarqueologia.com/profiles/blogs/esto-es-patrimonio-y-qu?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+arqueologos+%28ARQUEOLOGOS%29 que recoge el artículo publicado en el diario El País de 17 de junio de 2012 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/06/17/valencia/1339952899_775132.html acerca
de la situación de abandono en la que se encuentran los restos del molino
califal de la calle Salvador Giner de Valencia, hemos pensado abrir el desván
de nuestras intervenciones para recordar algunos datos relacionados con lo que
queda de este edificio de nuestro pasado.
Nosotros
no excavamos el molino califal en sí. Esta fue una labor realizada por nuestra
colega Beatriz Arnau (1999) tras una prospección previa de sondeos mecánicos a
cargo de la arqueóloga Rafaela Soriano (1997). Los resultados de aquella
primera intervención fueron publicados en varios trabajos firmados por Javier
Martí y Beatriz Arnau.
Nuestro
trabajo (2005) consistió en la excavación del resto del solar en el que se
encuentran las estructuras de molienda islámicas.
Restos del molino y prolongación de la acequia de salida del agua. |
Entre
otros muchos hallazgos, destaca en particular el descubrimiento y documentación
de la acequia de salida de agua del molino, que posiblemente ha de ponerse en
relación con un brazo de la antigua acequia de Rovella.
Como
consecuencia de esta excavación, elaboramos, en compañía de los arquitectos
Francisco Serrano Rubio y María P. López Montesinos, un Proyecto de Exposición
y Puesta en Valor de los restos arqueológicos que fue entregado en la
Conselleria de Cultura en febrero de 2005.
En
dicho proyecto se contemplaba la integración de los restos arqueológicos en el
edificio de nueva construcción que se preveía ejecutar en el solar de la calle
Salvador Giner, núms. 3 y 7. Para ello se preservó un espacio subterráneo que
era visible desde el zaguán del edificio, existiendo además la posibilidad de
que este espacio fuera accesible a visitas a través de una escalera que
posibilitaba el recorrido completo alrededor de los mismos. La exposición se
veía complementada con la elaboración de una serie de carteles explicativos que
se colocaban en el zaguán y en la puerta de entrada al edificio nuevo.
Lamentablemente,
el edifico proyectado no llegó a construirse nunca, por lo que nuestro proyecto
jamás se llevó a cabo.
Desde
entonces hasta ahora, desconocemos si se ha tomado alguna iniciativa desde las
administraciones competentes para dar solución a la deteriorada situación en la
que se hallan los restos del molino, siendo el resultado final, a día de hoy,
el de unas estructuras de gran valor histórico y arqueológico para la ciudad de
Valencia que duermen el sueño de los justos arropadas por la maleza y el
arrullo de los gatos del vecindario.
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